Por fin se inicia la temporada después de tanto tiempo de espera. ¿Cómo lo ha llevado a nivel personal?
Ha sido una experiencia difícil pero me ha servido para reflexionar y seguir aprendiendo desde la consciencia a gestionar muchas situaciones que se han dado. Estamos viviendo un momento excepcional y se requería de esfuerzos excepcionales. Por parte del club siempre recibí un trato cercano y comprensivo, me ofrecieron todo el apoyo posible para que me sintiese cómodo dentro de la dificultad que existía.
¿Y en el apartado deportivo?
La espera se hizo eterna. ¡Ha sido la pretemporada más larga de mi vida! Además se hizo en una época del año nueva para mí ya que habitualmente se hacen en verano y en condiciones climatológicas muy distintas. Pero hubo una parte positiva y fue que hemos ganado tiempo para conocernos y entendernos entre entrenador y jugadores.
¿Se adaptó rápido a una nueva cultura?
El primer mes fue duro. Había mucho trabajo de entrenador pero mucho más en el plano personal ya que estaba en un país con una cultura tan diferente a la nuestra. Hemos creado un vocabulario para que pueda dirigirme directamente a los jugadores. También aprendí palabras y expresiones básicas en japonés para poder relacionarme con la gente. Tuvimos una concentración de 10 días con el equipo y, a partir de ahí, con esfuerzo y empatía todo fue más fácil. Experimenté en cada momento las costumbres y reacciones que se producían y comprendí mejor el contexto en el que se estaba.
¿Que el presidente del FC Imabari sea una institución en el país a nivel futbolístico ayudo en su fichaje?
Takeshi Okada fue una persona clave para tomar la decisión de venir y lo está siendo también en mi día a día. Tiene claro lo que puedo aportar a este proyecto y me está dando total confianza a todos los niveles. Gracias a él también he podido conocer a personas importantes en el fútbol nipón y todo esto suma para que pueda adaptarme lo más rápido posible.
¿Qué tipo de club se ha encontrado?
Es una entidad humilde, sencilla, de una ciudad de 150.000 habitantes que acaba de ascender al fútbol profesional, algo que no había conseguido nunca. La idea del club está basada en acciones sociales y valores humanos para llegar a la máxima gente posible de la ciudad mediante el fútbol. En cuanto a infraestructuras, debe crecer con un estadio nuevo y una ciudad deportiva que está proyectada pero con la Covid-19 puede retratarse un poco.
¿Cuál es la meta fijada en este proyecto?
El objetivo es crear una forma de jugar y competir que identifique al club en Japón. A través de la pasión y el juego buscamos conseguir los resultados. No renunciamos a nada, nos hemos marcado retos muy ambiciosos a nivel colectivo. En lo personal tampoco renuncio a estar lo más alto posible con independencia de las dificultades que se puedan tener respecto a otros rivales. Estoy convencido de que la ilusión, unida al trabajo, hacen que se alcancen los objetivos.
¿Qué destacaría del futbolista nipón?
Es un jugador con muy buenas condiciones técnicas gestuales, físicamente fuerte y rápido. Sorprende la potencia que llega a demostrar en acciones individuales. A nivel táctico, el futbolista japonés está a un nivel parecido al español.
¿Cuál es la principal diferencia con el fútbol español?
La más importante es la toma de decisiones durante el juego. Suelen ser ‘mecánicas’, sin valorar lo que sucede en cada momento. Y ese es el mayor trabajo a realizar por mi parte para conseguir una mejora en ellos. Por otro lado, a nivel cultural, el fútbol se vive de otra forma. La pasión y el afán por competir de España es difícil de superar. Estoy convencido de que podré transmitirlo y que el FC Imabari tendrá una identidad muy parecida a la que han mostrado mis equipos en el fútbol español.
¿A qué se asemeja la Tercera División japonesa en España?
Es la Segunda B de allí pero no tiene nada que ver. La Liga de Fútbol Profesional de Japón es la que gestiona la competición, es de ámbito nacional y sólo hay un grupo. Esto hace que sea más atractiva por el hecho de desplazarte por todo el país. Por otro lado, depende de un reparto económico gracias a los derechos de televisión estando al mismo nivel que la Primera y Segunda División, algo que en España no sucede. Además, se retransmiten todos los partidos de Liga en diferentes horarios, con un formato parecido a la máxima categoría española.